martes, 10 de noviembre de 2015

Reflexión sobre los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación

“Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado” (Paulo Freire). Por supuesto que una de las tareas más importantes de todos los docentes, es conocer y reflexionar acerca de los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación que facilita y ejecuta con sus estudiantes, en mi caso, hasta el momento, realizo la reflexión a partir de los conocimientos, aportes e investigaciones que la experiencia como docente en formación me facilite. Primeramente, es necesario referirse acerca de la definición de proceso de enseñanza y aprendizaje entendido como el espacio en el cual el principal protagonista es el alumno y el profesor cumple con una función de facilitador. Son los alumnos quienes construyen el conocimiento a partir de leer, de aportar experiencias y reflexionar sobre ellas, de intercambiar sus puntos de vista con sus compañeros y el profesor. Dicho de otra manera, en este proceso, el rol del docente en los diversos niveles que presenta, consiste básicamente en planificar, desarrollar y evaluar las diferentes ofertas que el currículo educativo le ofrece a los alumnos. Para desempeñar esta tarea, es importante tomar conciencia de que su acción es fundamentalmente una tarea curricular. Esto le permitirá superar el rol mecanicista de aplicar los programas de estudio de manera repetitiva, sin profundizar en el alcance que tienen esos documentos en relación con la función social de la educación. Esto es, el aporte de la educación en la formación de ciudadanos que se desempeñaran en el medio social y que deben estar preparados para que su trabajo sea exitoso. Durante este proceso, también se ven involucrados aspectos importantes como la planificación, ejecución y evaluación de las acciones que realiza el docente y los estudiantes. En este sentido, la Política Educativa Nacional dictamina algunas de las líneas que se deben seguir dentro del proceso de enseñanza, aprendizaje y evaluación. En cuanto al alumno, se debe buscar el desarrollo integral de este como un individuo constructor permanentemente del bien común, además, como se mencionó anteriormente, el docente debe concebirse como profesional que, con visión ilustrada, critica, inteligente y autónoma orienta la práctica pedagógica. Además, debe ser el facilitador, colaborador y orientador del aprendizaje del educando. En relación con la mediación pedagógica que se ve desarrollada en el proceso de enseñanza aprendizaje, la Política educativa señala que esta debe caracterizarse por la utilización de estrategias que se ajusten a las condiciones y necesidades de aprendizaje del estudiante, debe enmarcarse, primordialmente, dentro de una posición epistemológica constructivista y la didáctica que utilice debe estar centrada en la actividad del educando como constructor de su propio conocimiento. De igual manera, la evaluación de este proceso debe reflejar la coherencia entre el qué, el cómo y el para qué se enseña y aprende, esta debe atender tanto al proceso como al producto y debe concebirse como un instrumento para monitorear el aprendizaje, retroalimentar el proceso educativo y coadyuvar en la determinación de la calidad de la educación mediante sus funciones: diagnostica, formativa y sumativa. Finalmente, en relación con los recursos didácticos que intervengan en este proceso deben orientarse a responder a los enfoques que se destaquen en los contenidos y las evaluaciones. Además, deben tener una riqueza conceptual y practica que conduzcan al desarrollo de habilidades y destrezas cognitivas. De igual manera estos recursos deben estimular los rasgos de personalidad y valores de los estudiantes inmersos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

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